ITUZAINGO TUVO UN
MUSEO DE ICONOGRAFÍA Y NUMISMÁTICA SANMARTINIANA DE TRASCENDENCIA INTERNACIONAL
SEMBLANZA
DE JOSE MIQUEL EMINENTE SANAMARTINIANO QUE HONRÓ A ITUZAINGÓ (1)
¿Cómo conocí a Miquel? Fue en ocasión de la
primera visita que le hice en 1944, en su casa y museo sanmartiniano de
iconografía y numismática del general San Martín y de Mitre, así como artesanía
y santería indigenista antigua, en su casa de la avenida Rivadavia casi esquina
Los Pozos, en Ituzaingó. Debo agregar que don Miguel Miquel Presas, era
entonces un señor alto, ceremonioso; todo un caballero, que, a la sazón ya llevaba
cuarenta años de residencia en
Ituzaingó. Gozoso de vivir sonreíale a
cuantos amigos y visitantes acudían a su museo para admirar los tesoros
reunidos en las diversas salas de tosa la casa. Y así vivió hasta cumplir 83
años. Falleció en 1953, como el gran Capitán, pasó a la gloria con sus
venerables inquietudes, cultivadas durante medio siglo, con rigor y fervor de
sanmartiniano.
A
ciento veinte años – se cumple el 17 de agosto próximo – del tránsito a la
inmortalidad del Libertador de nuestra patria, de Chile y del Perú, perdura en la mente de todos la figura
del Gran Capitán, en el retrato, como en el libro, como en el bronce; es decir:
que no ha muerto para nadie.
Traemos
en este caso momento del homenaje
al Libertador, como un vivo deseo, el
recuerdo del infatigable sanmartiniano nacido en Barcelona, España, en 1870, donde pasó su adolescencia. Vino a la
Argentina durante la primera década de este siglo munido de amplios
conocimientos en el comercio; y con la hidalguía de neto caballero, pues su
padre, digno hidalgo de la madre patria,
fue Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, siendo, además,
condecorado con la Gran Cruz de Beneficencia, y otras distinciones
otorgadas por el Gobierno Español.
Ya
en Buenos Aires ingresó a la Gran Empresa Industrial, de la que a la sazón era
dueño don Agustín León. Este, antes de terminar dicha década, había adquirido
una gran extensión de campo, donde fundó el
Haras “Los Olmos”, y allí se instaló a don José Miquel como
administrador. Al margen de esa tarea -
dado su espíritu de artista – cultivaba el dibujo y la pintura, que ya
lo hacía en su patria de origen, y que
siguió aquí con su afición, realizando
algunos cuadros de la semipampa, que era
la hoy progresista Villa León (2), y pequeños otros, que exhibía en su casa,
junto con ejemplares ejecutados por él en España. Ya en esa época Miquel,
sintiéndose hijo adoptivo de nuestra patria y encariñado con la historia del
general San Martín, con indiscutible fe religiosa – era católico además- fue
acumulando muchas reliquias, retratos, documentos, etc.; hasta formar el
extraordinario museo de Iconografía y Numismática Sanmartiniana y de Mitre
- el historiador del Gran Capitán. Contó, así mismo, con otras
colecciones de medallas de valor histórico, como por ejemplo: la singular
muestra de las inauguraciones de fundaciones de
medios de comunicaciones: ferrocarriles, tranvías, etc. Todo de lo
detallado someramente tenemos el orgullo
de decirlo que se hallan en exhibición en las respectivas Salas del Museo
Municipal de Morón “General San Martín”, actualmente bien ordenado en esta Casa
de Historia (3).
La
realización y mantenimiento del Museo particular en la reducida casa de la calle Rivadavia no fue obstáculo
para que lo visitaran altas personalidades sanmartinianas de aquí y de otros
países, al igual que los aficionados a la medallística. Conserva la familia retratos por citar
algunos, por ejemplo del general Agustín
P. Justo, del historiador Enrique de Gandía, Rómulo Zabala y otros con sendas elogiosas
dedicatorias.
Miquel
fue miembro de número del Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades,
del Instituto Sanmartiniano de buenos Aires, y correspondiente del Instituto Sanmartiniano del Perú, Además
le fueron otorgados premios y otras distinciones en el orden nacional
reconociendo el mérito de su obra descripta.
Don
José Miquel, por asimilación y memoria, también publicó el libro que tituló
“San Martín y Mitre en la numismática Argentina”, edición de 1944. El diario
metropolitano “La Nación” le publicó en Agosto de 1945 el ensayo que tituló “La
Bandera y Escudo del Perú Independiente y las medallas conmemorativas de la
jura de su independencia mandadas acuñar por San Martín” con las ilustraciones
pertinentes. También de él notas de verdadero rigor sanmartiniano, en revistas
y periódicos de Morón como el “Cóndor”
“El Heraldo”. En este se publicó que el mismo señor Miquel desarrolló en
el Rotary Club de dicha ciudad. Siempre con su caballeresca generosidad se brindó a dar a conocer la vida
heroica del gran Libertador.
Completamos
esta semblanza añadiendo que, a poco de llegar Miquel a la Argentina, también
lo hizo su sobrino don Andrés Corujo Miquel, casado con doña Francisca Gil, de
cuyo matrimonio nació, en la cabaña citada, la única hija Francisca, más
conocida entre nosotros por “Paquita”, quien
se casó con don Víctor Suárez, inolvidable “aupiano”, y de este último
matrimonio nació la hija Mirta Beatriz Suárez, alumna del Colegio Secundario
Comercial A.U.P.I, En este hogar se
mantiene vivo e inalterable del que en su vida fue un coleccionista sin
desmayo.
Lástima
que el espacio no permita extendernos en más detalles de importancia,
involuntariamente, tal vez, omitidos. Pero reiteramos que las distintas
vitrinas – una de ellas se ve en la foto que acompaña esta nota – se hallan en
exhibición al alcance de nuestras manos,
podemos decir, en el Museo de Historia y Arte General San Martin, en Morón,
donde deben concurrir con mayor frecuencia educadores y alumnos por que hay
allí mucho y bueno de extraordinario valor histórico.(4)
Juan Guercio
NOTAS:
1)- Artículo periodístico publicado en el año
1970 en el periódico “EL CHASQUI” de
Ituzaingó por el vecino e historiador
Sr, Juan León Guercio. Recopilado e investigado por el Dr. Alberto Luis
Guercio.
2)- Era la zona comprendida entre las actuales
Brandsen, colectora de la autopista, Ratti y Pringles.
3)- Actualmente esa colección no está
exhibida.
4)- Al fallecimiento del Sr. Miquel la
colección fue vendida al Dr. José Rino prestigioso médico de Castelar. Y parte
fue donada al Museo Histórico de Morón. De ambas colecciones se ha perdido el
rastro.
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